Descubre las causas más comunes del dolor de rodilla y aprende cómo prevenir lesiones articulares con hábitos saludables, ejercicio y atención médica oportuna.
Por: Equipo Zona Vital – 08 de Octubre de 2025
El dolor de rodilla es una de las consultas médicas más frecuentes, tanto en ortopedia y traumatología como en medicina familiar.
Afecta por igual a jóvenes, deportistas y adultos mayores, y puede estar relacionado con lesiones, desgaste articular o malos hábitos posturales.
Conocer sus causas más habituales y aprender a prevenirlo es fundamental para mantener la movilidad y la calidad de vida a cualquier edad.
Causas más comunes del dolor de rodilla
Es fundamental reconocer que el dolor en esta articulación puede tener múltiples orígenes. Por lo tanto, siempre que se presente dolor de rodilla, es recomendable acudir a consulta con un médico capacitado y entrenado en el diagnóstico y tratamiento de estos padecimientos, preferentemente un traumatólogo y ortopedista, de ser posible con alta especialización en esta articulación.
A continuación, te compartimos algunas de las causas más frecuentes:
Lesiones deportivas:
Los esguinces o sobredistensión de ligamentos, los desgarros de los cojinetes de cartílago de la rodilla (meniscos) y la tendinitis —inflamación por lesión de los tendones que unen los músculos al hueso— son muy comunes en personas activas o deportistas, especialmente en disciplinas de impacto como fútbol, running o baloncesto.
Artrosis de rodilla:
Con la edad, el cartílago que recubre la articulación se desgasta, provocando rigidez, dolor y dificultad para caminar. Es una de las principales causas en personas mayores de 45 años.
Sobrecarga y sobrepeso:
La rodilla soporta gran parte del peso corporal. El exceso de kilos aumenta la presión sobre las articulaciones y acelera su desgaste.
Mala postura y sobreuso:
Actividades repetitivas como subir escaleras, agacharse o cargar peso sin la técnica adecuada pueden irritar tendones y ligamentos, generando dolor persistente.
Problemas mecánicos:
Alteraciones en la alineación de las piernas, pies planos o desbalances musculares —por bajo nivel de masa muscular o debilidad— pueden provocar una distribución inadecuada del peso y, con ello, dolor recurrente.
Cómo prevenir el dolor de rodilla
La buena noticia es que muchos de los problemas de rodilla pueden prevenirse con hábitos sencillos y saludables.
Mantener un peso adecuado es esencial para reducir la presión sobre las articulaciones.
La práctica regular de ejercicio ayuda a fortalecer los músculos que protegen la rodilla, especialmente los cuádriceps y los glúteos. Es importante que el progreso en las rutinas se realice de forma gradual y con la técnica correcta, preferiblemente bajo la guía de un profesional en preparación física, ya que muchas lesiones tempranas de rodilla se deben a errores en la ejecución de los ejercicios.
Los estiramientos también juegan un papel clave, ya que mantienen la flexibilidad y reducen el riesgo de lesiones.
Además, es importante usar calzado adecuado para cada actividad, ya que un zapato sin soporte puede aumentar la tensión en la rodilla.
En el caso de los deportistas, se recomienda realizar calentamiento y enfriamiento antes y después de cada entrenamiento. Finalmente, cuidar la postura al caminar, sentarse y cargar peso puede marcar una gran diferencia en la salud articular a largo plazo.
Conclusión
El dolor de rodilla no debe subestimarse.
Identificar sus causas más comunes y adoptar medidas preventivas puede evitar lesiones graves y preservar la movilidad con el paso del tiempo.
Ante un dolor persistente o que limita tus actividades diarias, lo más recomendable es acudir a un especialista en ortopedia y traumatología para recibir un diagnóstico preciso y el tratamiento adecuado.
Recuerda: prevenir siempre será mejor que tratar.
